Haciendo lujo del característico ingenio argentino para salir de las crisis, el autor Marcelo Camaño junto a la producción de Contar y Nos tomaron la iniciativa de hacer frente a la cuarentena por la pandemia de coronavirus con la realización de una serie web grabada íntegramente en aislamiento desde los hogares de los mismos actores. Con la consigna «quédate en casa» bien presente la idea surgió de pensar qué profesiones podían llevarse a cabo desde el hogar y re-adaptarse, allí apareció la figura del psicólogo.
En un país caracterizado por su afición al psicoanálisis, tan necesario por estos tiempos para cuidar la salud mental, «Terapia en cuarentena» nos mostrará, a lo largo de ocho episodios, las sesiones de cuatro pacientes llevadas a cabo por video-llamada. En este caso, Carola Reyna fue la elegida para ponerse en la piel de la terapeuta Anita que verá modificada su actividad con el surgimiento de miedos e incomodidades, mientras que Mercedes Funes, Luciano Cáceres, Coco Sily y Violeta Urtizberea serán los que pondrán en análisis sus conflictos personales de matrix universal, exacerbados por el contexto de aislamiento y virtualidad.
Puesta en escena
La producción local está dirigida por Joaquín Elizalde y Francisco Alcaro quienes se enfrentaron con novedosos desafíos a la hora de la realización audiovisual que tiene que ser en distintas locaciones y a distancia. Cumpliendo con las medidas de distanciamiento social y las normas consensuadas con la Asociación Argentina de Actores, tanto el elenco como el equipo técnico trabajaron desde sus casas bajo un cronograma de rodaje de dos participantes por episodio.
Para la grabación los intérpretes recibieron, por mensajería, a sus domicilios un equipo básico de cámara y fotografía, luces, sonido y un teléfono celular para que los directores puedan seguir el rodaje, además de elementos de limpieza, prevención y seguridad como barbijos, alcohol en gel y guantes. De esta forma los propios actores fueron los encargados de filmar y fotografiar sus performances y movimientos por la escenografía hogareña contando con la asistencia remota del equipo técnico y creativo. Asimismo los responsables de la edición y la posproducción hicieron lo propio desde sus locaciones.
«La idea es que cada episodio no tenga más de 10 o 15 minutos, por tratarse de una serie que va a llegar a través de la web. Tratamos de buscarle la vuelta de lo que pasa en este tiempo tan especial, y sobre todo que tenga humor», expresó su creador Marcelo Camaño quien en su trayectoria participó de telenovelas como Vidas Robadas y Montecristo, entre otras.
La precursora
La Televisión Española fue la iniciadora de este nuevo formato con el estreno de «Diarios de cuarentena», la primera miniserie grabada en aislamiento. La ficción de 8 capítulos, que vio la luz hace un mes, propone ser un reflejo de la realidad actual a través de las historias de diez familias que transitan la nueva cotidianidad de encierro. A su vez da lugar para la catarsis y el humor.
Con la intención de «abrazar a los ciudadanos» los directores del canal español pusieron en marcha la filmación de los episodios de media hora. Por la fuerza de las circunstancias la filmación fue llevada a cabo por los mismos actores desde sus casas sirviéndose de un kit provisto por los realizadores y con asesoramiento vía Skipe. Con un celular con buena cámara, un trípode y un micrófono con mayor llegada; Carlos Bardem, Carlos Areces, Gorka Otxoa, Cecilia Gessa, Juan Margallo, entre otros interpretaron sus papeles bajo la producción de Álvaro Longoria y guiones de Álvaro Fernández Armero (Vergüenza) y David Marqués (Campeones, estrenada en la Argentina).
El formato innovador, replicado en Argentina ya despertó el interés de países como Francia, Italia, Estados Unidos y el Reino Unido y los beneficios de su puesta al aire serán destinados a Cruz Roja para la compra de material sanitario
A nivel local, la original serie tendrá su estreno el jueves 14 de mayo y podrá verse por la plataforma gratuita Contar. Desde las pantallas de nuestros celulares y computadores tendremos la posibilidad disfrutar nuevamente una ficción local que nos invita además, a vernos un poco a nosotros mismos en una situación de adaptación a una nueva realidad que llego para cambiar nuestras cotidianidades, formas de hacer y conmover nuestros vínculos.