Nacido en Leones, Córdoba, pero rosarino por adopción, Eduardo Risso es renombrado historietista reconocido por su trabajo con Carlos Trillo y el estadounidense Brian Azzarello. Ganador de Premios Eisner con la serie 100 Balas, tres Premios Harvey y un Yellow Kid. Desde el 2009, junto a la Secretaría de Cultura y Educación de la municipalidad, organiza la Crack Bang Boom en los galpones del CEC, una de las convenciones de historietas más importantes del país.
¿Por qué una convención de estas características en una ciudad como Rosario?
En ese momento (2009) era un lindo desafío porque en una ciudad como Buenos Aires cualquier evento te lleva mucha gente. La idea era plantar la semilla acá. Y con eventos similares en distintas partes del mundo, como la San Diego Comic Con en una ciudad no tan metropolitana de EEUU, Angulema en el sur de Francia o Lucca en Italia. Son todas convenciones en ciudades no tradicionales para este tipo de eventos y, sin embargo, se instalaron. Yo siempre tuve la idea de que si haces algo bien y respetando a todo el mundo, la cosa tiene que prosperar, más allá de las crisis y demás. De hecho lo probamos con los diez años del evento.
¿Se esperaban tal éxito?
Esas cosas no son del todo esperables, uno trabaja para ir creciendo. Yo, por ejemplo, esperaba tener una buena audiencia después de la quinta edición, pero nos sorprendimos con la segunda y la tercera. Allí hubo una explosión muy significativa. Eso a uno lo llena de satisfacción porque lo hace por la gente, con la camiseta puesta y eso muestra que se llega al público.
¿Cómo fue montar la primera Crack Bang Boom?
La primera fue todo un desafío, porque además de ver cómo organizar el equipo de trabajo y coordinar con la Secretaría de Cultura, hubo que resolver mucho sobre la marcha. En base a la reacción de la gente, íbamos acomodando las cosas que no estuvieran bien. De hecho siempre detrás de bambalinas hay cosas que se resuelven minuto a minuto y la gente no se da cuenta. Es inevitable en cualquier evento y sobre todo cuando más grande es. En la primera edición hubo que salir a tapar agujeros por todos lados
¿Qué impacto tiene en la ciudad?
La ciudad se ha apropiado de la Crack Bang Boom, de hecho, era lo que buscábamos en un principio, que toda la ciudad se engalanara con el evento, como Angulema en Francia y Lucca en Italia. Pero bueno, depende mucho del contexto, hay años que trabajamos mejor y años en que no tanto porque surgen estas estos problemas económicos. Antes teníamos determinado sponsor pero este año muchos no pudieron participar. Si la cosa mejora, la gente se engancha, le gusta este tipo de cosas.
¿Y a nivel nacional?
Lo tuvo en su momento y si hubiera estabilidad se podía ver un resultado mucho mejor de lo que tenemos. Lamentablemente otra nueva crisis vuelve a golpear al mercado editorial. Es imposible sacar un libro, se dispararon los costos terriblemente. Tampoco uno puede trasladarle el costo al lector. No se puede competir con lo que viene de afuera. A esto apunta la Crack Bang Boom, focalizar su eje en los comics porque la idea es motorizar, ayudar a la industria local. Ojalá esto pase y volvamos a tener el crecimiento de lanzamientos de títulos durante el evento.
Uno de los puntos destacables de la Crack Bang Boom son los invitados internaciones de renombre en la industria, como Jim Lee, en la primera edición, Paul Pope, David Lloyd, Brian Azzarello, Frank Miller, etc. ¿Cómo se hace para traerlos?
Hoy en día el problema pasa por sus agendas. Actualmente están muy acotados porque hay muchos eventos a nivel internacional, tanto los tradicionales como los muchos otros que fueron surgiendo en lugares nuevos, como en Asia, con una mirada hacia occidente. Es difícil lograr entrar en su agenda. De hecho, en el caso de Jim Lee confieso haber querido traerlo para los diez años, pero no pudo asistir. En el caso Frank Miller, él se interesó en venir, lo que fue toda una sorpresa. Pero hay otros que hay que contactarse con mucho tiempo.
¿Qué trabajo conlleva preparar un evento de estas características?
Es un trabajo que nos lleva un año, desde que empezamos a reunirnos con nuestro equipo, que siempre somos más o menos los mismos, también mi familia. Es una sociedad civil sin fines de lucro. Colaboramos todos, por ejemplo mi mujer y yo manejamos la parte administrativa junto con un contador, y el resto, cada uno tiene su rol, comunicación, invitaciones internacionales, las invitaciones nacionales, yo de la vieja escuela y otros de la nueva escuela, la parte grafica del evento, los de stands y los expositores, logística de los galpones y los espacios, etc. La clave es trabajar con anticipación para poder congelar precios, si bien ahora esta difícil estamos en un país que acarrea inflación desde hace mucho.
¿Qué rol tiene la Secretaría de Cultura?
Es fundamental el apoyo de la Secretaría de Cultura, sin ellos no tendría sentido. Hoy por hoy se podría hacer en el Metropolitano, los costos son similares, pero ya empezás a hacer un evento elitista y comercial. Eso no nos interesa. Obviamente que quede algo para solventar la próxima. Buscos que sea lo más popular posible.
¿Qué diferencia tiene con otras convenciones similares?
No es una Comic Con, un evento armado por privados con el objetivo de ganar dinero. Con ese objetivo le abren el juego a todos, dejando de lado a los comics. Ahora le dan mucho más espacio a las series de TV, películas, videojuegos, merchandising, etc. Es algo que viene pasando, excepto en Europa y Nueva York. Yo estuve en la San Diego como invitado hace dos años y el pabellón de los artistas era una lágrima.
¿Entonces cuál es el objetivo de la Crack?
Es acercar el mundo de los comics, de la narrativa gráfica a las personas. Ese es el precepto de la Crack Bang Boom. Por eso es importante hacerlo en los galpones del CEC, es un lugar de paso inevitable para cualquier familia el fin de semana. Hay casos en que familias pasan de casualidad y un poco empujados por los chicos entran porque les llama la atención los cosplyers y quieren entrar. Se llevan un comic o dos, se llevan algo para leer que capaz no leyeron nunca. Eso es lo que queremos. Acercar esto al público común, el fanático viene sí o sí