Pablo Nicolás Barreto, quien se encontraba bajo prisión preventiva desde julio del 2019 por la seguidilla de abusos sexuales y robos cometidos entre enero y julio de este año, fue hoy condenado a 20 años de prisión efectiva. El fallo fue efectuado luego de un juicio abreviado que tuvo lugar en el Centro de Justicia Penal. Durante el procedimiento abreviado, el condenado acepto la culpabilidad de los hechos, siendo éste el único momento en el que hizo uso de la palabra: «sí, soy culpable», dijo.
El juicio abreviado fue homologado por el Tribunal de Primera Instancia, tras ser presentado por Fiscalía primeramente y, de manera posterior, aceptado por la defensa y víctimas de los ataques sexuales. Así, Pablo Nicolás Barreto, concibe la condena de 20 años de prisión efectiva por abuso sexual con acceso carnal, tentativa de abuso sexual, privación ilegitima de la libertad, amenazas y, en un último lugar, «robo simple, robo calificado e intento de robo».
En las ocasiones que tuvo lugar la comisión del delito, el modo en el que opera el condenado era generalmente el mismo. En primer lugar, las jóvenes asaltadas sexualmente fueron atacadas en comercios que se ubicaban a lo largo de la ciudad de Rosario entre entre enero y julio del 2019. El abusador ingresaba a los locales comerciales, simulando ser una persona que ofrecía servicio de seguridad o cámaras. De esta manera, no sólo se aseguraba de que no se encontraran cámaras en las instalaciones, sino también de que la mujer que estuviera a cargo del negocio se hallara sola. Luego, se retiraba del negocio. Posteriormente, volvía, esta vez en calidad de cliente, preguntando por algún producto en particular y, finalmente procedía a amenazar a las mujeres con una presunta arma – que no fue hallada y de hecho, una de las victimas declaró haberse dado cuenta de que no poseía una – y las trasladaba hacia un baño en el fondo del lugar, donde las ataba e intentaba abusar sexualmente de ellas, en algunos casos consiguiéndolo y, en otros no. La violencia era tal que, incluso a varias de las víctimas, le quedaron marcas producto de las ataduras. Después de esto, se daba a la fuga en una motocicleta pero no sin antes sustraerle a las víctimas dinero en efectivo.
Se reunieron elementos en su contra que fueron secuestrados en el domicilio del condenado y coinciden con lo descrito por las víctimas. Así lo explico la fiscal de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual, Alejandra Raigal, luego de la audiencia imputativa. Entre estos objetos fueron nombrados una caja blanca utilizada en la comisión de los ataques, la motocicleta y el casco, siendo estos utilizados en la mayoría de los delitos. Lo que es más, fueron cruciales y esenciales, a la hora de condenar a Pablo Nicolás Barreto, las ruedas de reconocimiento que se realizaron la semana anterior. Allí, la mayor parte de las jóvenes lo reconocieron como el culpable de los ataques efectuados.
Las ocho víctimas que reconocieron y acusaron a Pablo Nicolás Barreto de ser quien irrumpió en sus comercios y cometió los abusos sexuales mencionados, fueron partícipes de la audiencia. Algunas de ellas no estuvieron conformes con el fallo del Tribunal de Primera Instancia, ya que consideran que es escaso.
Cronología de los ataques
El 9 de enero del 2019, alrededor de las 11 hs, Pablo Nicolás Barreto ingresó al comercio localizado en Buenos Aires al 3400. Allí, forzó a la víctima a dirigirse al baño del establecimiento, cometiendo privación ilegítima de su libertad al atarla de manos y pies, además de taparle la boca. Así, se le adjudica, además de la tentativa de abusar sexualmente de la joven, el haber conseguido robar y escaparse con mil quinientos pesos.
El 21 de marzo, a las aproximadas 9 30 hs, Pablo Nicolás Barreto intentó atacar nuevamente. En la ubicación de Santiago del Estero, entre Saavedra y Uruguay, se mantuvo expectante por su próxima víctima, esperándola detrás de un árbol. Luego, se acerco para amenazarla, cuando ésta salió corriendo y pidió ayuda a quienes se encontraban por allí. Previo a la posible comisión del abuso, el agresor había esperado a la victima que llegue de su trabajo al menos cuatro veces.
El 15 de abril, a las aproximadamente 13 hs, en un comercio ubicado entre Mendoza y 3 de febrero, el condenado arribó al lugar expresando que tenía en su poder un arma de fuego. Así, amenaza a la víctima y la traslada hacia al pasillo que se orienta al baño. Allí, la ata con precintos en el cuello, muñecas y tobillos (acto que se repite en varias de las denuncias hechas hacia el condenado). Posteriormente, sustrajo dinero de la caja registradora y robo el celular a la mujer. Luego, intento abusar sexualmente de la joven pero, ante los gritos de ella se retiro del establecimiento.
El 14 de mayo a las aproximadas 13:15 hs, en Pje. Blanque casi esquina Mitre, el abusador embistió a una mujer, cuando ésta se encontraba a punto de subir a su vehículo. Después, le exhibió una pistola para conseguir quedarse con sus pertenencias. Se le adjudica, luego del robo, haber abusado sexualmente de ella.
El 20 de mayo, alrededor de las 19 hs, el atacante ingreso a un comercio ubicado en Sarmiento al 4300, en calidad de supuesto cliente. Luego, tras simular estar en posesión de un arma de fuego, priva ilegítimamente de la libertad a la víctima. Se dirige a la caja registradora y agarra todo el dinero que se encontraba dentro. Posteriormente, se le adjudica haber abusado sexualmente de la joven.
El 6 de junio, alrededor de las 12:50, el agresor ingresó a un local comercial localizado en Virasoro y Suipacha. Al arribar, amenaza a la víctima al poseer un arma de fuego. En ese instante, la mujer se da cuenta de que tenía un celular, en lugar de un arma de fuego y consecuentemente empieza a forcejear con Pablo Nicolás Barreto. Como resultado, éste no logra consumar el robo y se da a la fuga en su motocicleta.
El 10 de junio a las aproximadas 10 de la mañana, el abusador ingresó a un negocio ubicado en Mitre y Casablanca. Allí, simulando ser un cliente, mostró estar en posesión de un arma de fuego. Así, redujo a la víctima para luego intentar abusar sexualmente de ella. No logró consumar la agresión debido a que escuchó un ruido. Motivo por el cual, posteriormente, se da a al fuga. Pero, antes tomó algo de dinero en efectivo que se encontraba en el establecimiento.
El 12 de junio, a las aproximadas 12 del mediodía, Pablo Nicolás Barreto ingresó a un negocio localizado en San Nicolás al 300, en calidad nuevamente de cliente, para, de manera posterior, al mostrar un arma de fuego, conseguir reducir a la víctima en cuestión, atándola de manos y pies. Se dirigió a conseguir efectivo del comercio, en este caso 5000 pesos y algunas pertenencias de la mujer. En esos momentos, es cuando ésta logró romper las ataduras y sujeta unas tijeras, consiguiendo luego, así, echar del lugar al agresor.
El 24 de junio a las 19:30 en un comercio ubicado en Uruguay 115, actúo, como en las agresiones cometidas anteriormente, como si fuera un cliente para robar y también quitarle las pertenencias a la mujer que atendía allí.
El 26 de junio en un negocio localizado en Londres 3300, el atacante ingresó al local, amenazó a la mujer que se encontraba en éste con un arma de fuego y consumo el robo de seis mil pesos.
El 10 de julio a las 9.30 arribó a un negocio ubicado en España al 3800 y, a través de la amenaza de poseer un arma de fuego, exigió dinero y mercancías del local.