El presidente electo, Alberto Fernández, que continúa en México hasta este miércoles por la noche, participó de una conferencia magistral para estudiantes e invitados especiales en el antiguo colegio de San Ildefonso, en la capital de ese país, donde fue convocado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
«Un día llegó Perón al poder y dijo que la Universidad debía ser gratuita y permitió que los hijos de los trabajadores se conviertan en doctores. Tal vez no nos dimos cuenta, pero fue el gran ascenso social. Soy un gran defensor de la educación pública», comenzó su conferencia Fernández, desde el Anfiteatro Simón Bolívar, una sala de teatro de estilo colonial, es donde nació el muralismo mexicano a cargo de un grupo de artistas liderado por Diego Rivera.
«Los argentinos tenemos una deuda de gratitud eterna con Mexico», dijo el presidente electo, que fue aplaudido por el auditorio. Además, elogió al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. «México miró mucho tiempo el norte, hasta que un día llegó Andrés Manuel López Obrador. La primera bocanada de aire fresco que hubo en América Latina fue su triunfo», expresó.
La charla «El nuevo modelo de integración latinoamericana» se da en el contexto del ciclo Diálogos por la Democracia. Fue organizada por el Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS) de la Coordinación de Humanidades y por la Coordinación de Difusión Cultural, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Frases destacadas:
- Yo soy un hijo de la universidad pública de la Argentina. Los que pasamos por las universidades públicas les damos un valor singular. Sin ellas, muchos argentinos no podrían llegar a ser lo que son.
- No es casual que mi primera salida después de ser electo sea venir a México. Los argentinos tenemos una deuda de gratitud eterna con México. Los perseguidos por la dictadura vinieron, y los mexicanos los abrazaron. Gracias México, de verdad, de corazón.
- Durante años, México miró mucho al norte y miró poco al sur. Hasta que un día llegó Andrés Manuel López Obrador. La primera bocanada de aire fresco para América Latina fue su elección. Por eso quise venir a México precisamente en el momento en que llegó un presidente que volvió a mirar al sur. Estoy feliz de empezar mi tiempo de presidente en tierra mexicana.
- Tuvimos un tiempo donde el continente tuvo una lógica de desarrollo en la que los más progresaban eran los que menos tenían. Los poderosos ganaron mucho en esa época. Pero por razones que no entiendo, es como que les molestara que los pobres dejen de ser pobres, y que los que no tienen derecho, los tengan.
- La pérdida de esos derechos y del trato igualitario conduce a reacciones, como las que vemos en Chile y Ecuador. ¿Qué pasó allí? Que los que pierden derechos dicen ‘yo tengo derecho a tenerlos’. En todos estos años, escuché decir que Chile era el ejemplo a seguir, y parecía que la macroeconomía funcionaba pero la desigualdad era muy grande. Todos me hablaban del “milagro chileno” y yo contestaba que el único milagro es que la gente no reacciona, y un día reaccionaron y pusieron sobre la mesa todas las inequidades que estaban ocultas y silenciadas, y eran muchas más de las que creíamos. Así no se construye un buen continente.
- Un buen continente se construyen garantizando la libertad y los derechos a todos. Necesitamos un continente con derechos para todos, para los que trabajan y los postergados. Nosotros, como en México, somos distintos porque los postergados tienen derechos: en Argentina fue gracias al peronismo. Y un día nos dijeron ‘hay que parar de dar derechos y empezar a ajustar’ y generamos una enorme desigualdad que conduce a este presente.
- El gran desafío es dejar de tener este estigma de ser el continente con mayor desigualdad. Nadie puede estar feliz y tranquilo con esta realidad. Cuando me toque asumir la presidencia, el 40% de los argentinos estará bajo la línea de pobreza, pero eso le pasa a todo el continente. Ha llegado a hora de alcanzar la igualdad.
- Lo que propongo no es en perjuicio de nadie, sino a favor de todos. Porque las mejores sociedades son las más iguales. Las sociedades desiguales son las que más promueven el crimen. El crimen organizado sabe encontrar allí a sus soldados. Darles oportunidades significa darles la posibilidad de crecer, educarse, trabajar, encontrar el amor, disfrutar la vida y morirse donde nació, sin necesidad de irse a otros países o ciudades, donde terminan postergados y hacinados.
- No me muestren números de crecimiento donde hay 40 % de pobres. Eso es desigualdad, no es crecer. Esa es la tarea que tenemos que desarrollar en América Latina: hoy recordaba con Rafael (Correa) sobre esa década progresista que tuvo América Latina, con Lula, Evo, Correa, Bachelet, Néstor y Ctristina. ¡Lula libre, no nos olvidemos! En ese tiempo, toda América Latina entró en un ritmo de progreso muy grande, todos los países crecieron, y la sociedad se igualó porque todos los gobiernos trabajaron para igualar a la sociedad.
- Tal vez Lula esté preso porque consiguió lo que nadie había conseguido en Brasil: que más de la mitad de los brasileños son parte de la clase media. Hasta entonces predominadaba la pobreza y un sector chiquito concentraba la pobreza. Tal vez eso no le perdonaron a Lula, pero eso pasó en todo el continente, en Argentina, Paraguay y Bolivia. ¿Qué es lo que no le perdonan a Evo Morales? ¿que da más oportunidades a todos los bolivianos?
- Esos años terminaron: los tres más afectados fueron Rafael Correa y su vicepresidente, Lula y Cristina Kirchner, todos víctimas de un sistema judicial que articularon para perseguir a los políticos. Correa exiliado, Lula preso y contra Cristina no pudieron avanzar porque las pruebas son inexistentes y porque el pueblo la eligió y le dio fueros. Con cristina no pudieron.
- Tenemos que discutir sobre cómo enfrentar la globalización, sin que nos lastime. El único modo es construir economías regionales, como Europa, no reneguemos de la globalización, sino de nuestra incapacidad de estar unidos. Voy a trabajar incansablemente en unir a América Latina en un solo continente, eso es lo mismo que quiere AMLO. Éramos una Patria Grande, pero inexplicablemente alguien nos dividió y se aprovechó de nosotros.
- El secreto del triunfo argentino es que un día nos dimos cuenta de que nos habíamos dividido y eso les dio poder para volver a la Argentina. Eso que aprendí en Argentina quiero que lo aprendamos todos los latinoamericanos. Todos queremos la Patria Grande, seguimos teniendo las riquezas y posibilidades de construir una Latinoamérica más igualitaria con independencia. Estamos de pie, hemos vuelto y vamos a hacer lo que debemos.
- Yo les dije a los jóvenes: cuando vean que me equivoco, salgan a las calles y me lo digan. La juventud está para ello en las sociedades y tienen derecho a reclamar, porque el futuro es de ellos.
- Tenemos que convivir aceptando las diferencias. El presidente Donald Trump me contó todo lo que está haciendo para darles trabajo a los migrantes que no tienen trabajo en México. Yo tengo la vocación de seguir diciendo lo que creo y seguir fiel a mis convicciones y respetar a todos. La solución no es pelearse con todos, y si si somos muchos es probable que nos escuchen.