La Secretaría de Salud municipal puso en marcha un plan de racionalización para hacer frente al impacto de la economía nacional y su derivación en el costo de los medicamentos, reactivos e insumos médicos que se usan en la red pública, ya que muchos de ellos están atados a la cotización del dólar. Entre los ejemplos subyacen la entrega controlada de guantes, jeringas, anti inflamatorios y antibióticos, con un plan de reemplazo de algunos remedios por otros ante la falta de disponibilidad.
La resolución 1334 del 2 de septiembre y sus anexos posteriores establece que se “impone la necesidad de adoptar medidas que signifiquen una reducción del gasto en aquellos insumos de altísimo costo o grandes volúmenes de consumo que permitan, racionalizando su uso, continuar con las prestaciones”.
Bajo este marco, la resolución del Secretario de Salud Leonardo Caruana considera “imperativo fijar límites en determinadas prescripciones bioquímicas, ajustar el vademécum” y realizar un “control estricto de los elementos que se soliciten, todo lo cual se traducirá en una optimización de los recursos”.
En uno de sus cuatro artículos, la resolución autoriza a los prescriptores a recetar “sólo aquellos medicamentos o insumos dispuestos en el anexo, si los hubiere y que estuvieren a disposición”.
Justamente, en otro tramo se establecen puntos en el uso racional de medicamentos. Allí se indica parcializar la entrega para 7 o 15 días, excepto antibióticos. Se recomienda priorizar a quienes no tienen obra social, prepagas o recursos económicos.
En cuanto a los analgésicos, se sugiere alternativa de otros analgésicos inyectables que no sean ketorolac inyectable. En formatos comprimidos sólo está disponible para cirugías maxilofaciales y traumatológicas, hasta 4 unidades. “No más recetas preestablecidas de 20 unidades”, se advierte.
Restricciones
En los casos del ibuprofeno, diclofenac y paracetamol comprimidos, se autoriza entregar 1 blíster máximo por caso agudo. La pregabalina no está disponible y se sugieren alternativas terapéuticas. En cuanto a los antiepilépticos; el levetiracetam comprimidos sólo se indicará en epilepsia refractaria a tratamientos previos.
En las fórmulas para nutrición se limitan y sugieren alternativas a varios medicamentos. Se entregarán hasta 30 bolsas de colostomía por mes. Se repartirán en las áreas de enfermería guantes “sólo a personal municipal (no a estudiantes)” y se dispone evitar el uso de jeringas en pediatría para la vía oral, “utilizando el medidor que viene en las presentaciones”. Las jeringas para vacunación serán las que provee el programa de inmunizaciones.
Para insulina, habrá un tope de entrega de 30 jeringas mensuales y agujas según aplicación diaria.
En las prácticas ambulatorias, de internación, laboratorios básicos, inmunológicos, endocrinología y marcadores tumorales se dicta una serie puntillosa de sugerencias, controles y autorizaciones previas por especialidad.
El anexo 3 del uso racional de medicamentos advierte que dado que los stocks de medicamentos y biomédicos tienen un nivel crítico, no alcanzando los disponibles para cubrir en algunos casos alta complejidad, quirófanos, guardias, internación, servicios de diagnóstico, y ambulatorios, se considera “imprescindible que cada efector se reúna con el comité de farmacia con modalidad de un comité de emergencia”. “La consigna principal es monitorear diariamente el estado y necesidad de los insumos críticos”, subraya.
Especialidad por especialidad se indica qué medicamentos están o no disponibles y cuáles son sus reemplazos, si los hubiera.
El impacto de la racionalización llegó hasta las cintas hipoalergénicas. “Uso restringido en forma nominal y en determinados servicios”, se establece.
En cuanto a los psicofármacos “se garantizará el abastecimiento de todos los recibidos por compras centralizadas de la provincia o de producción pública”.