La sonrisa de Ramiro es como su voz: una invitación fraterna a un mundo que él mismo cataloga como muy bonito. Anda con su guitarra dejando marcas de talento y humildad, típico de quien sabe que lo que ama está más allá de todo. La música es para él un lugar que habita con otros.
¿Cómo nace tu vinculación con la música?
De chiquito compartía peñas con mi familia y a los ocho años me surgió la inquietud de investigar qué era el folclore y sobre nuestras raíces litoraleñas. Estudié canto en Gálvez (Santa Fe) y aprendí a tocar la guitarra para acompañarme en las pocas canciones que sabía hacer en ese momento. Interpretaba temas del cancionero de nuestro Litoral, de nuestra Santa Fe y del Río Paraná. Veía que la gente me brindaba su apoyo; los momentos compartidos eran muy bonitos. Y sigue siendo así.
¿En qué momento supiste que era lo que querías hacer de manera profesional?
Veía a muchos artistas nuevos como Abel Pintos o Luciano Pereyra, que disfrutaban con la gente y yo trataba de disfrutar también, no veía en mí algo profesional. Con el paso del tiempo, vi que podía generar algún tipo de trabajo sin dejar el disfrute. A partir de la participación en el Pre Cosquin se tornó todo más profesional, pasó a otro rango. Pasé a decir “quiero hacer esto con mi vida”. La verdad que fue y sigue siendo un camino maravilloso.
¿Cómo fue la participación en el Pre Cosquín en 2022?
La participación en el Pre Cosquín tiene un detrás de escena que es todo lo que estaba pasando con la pandemia. Veníamos de una situación súper difícil en cuanto a lo cultural que a nosotros nos costó mucho. “Todo pasa por algo y si hay que ir, vamos”, me dijo un amigo ¡No me olvido más! Así fue. Fuimos partícipes de la Quinta Luna, compartimos escenario con Jorge Rojas, Ayre, Luciano Pereyra y muchos guitarreros que nos trataron como si fuéramos parte de su grupo. Nosotros nos sentíamos como dos chicos que iban en plan de disfrutar y ellos nos trataron como amigos. Resultamos ganadores en los Nuevos Valores Pre Cosquin.
Además de cantar, escribís algunas de tus canciones, ¿cómo es ese proceso?
Sí, escribo canciones y también compongo la música. Es un proceso muy bonito, largo, a veces se torna repetitivo porque trato de buscarle vueltas para que la canción quede correcta y suene lindo a la vez. ¡A veces salen cosas inesperadas! Es hermosa la sensación de vivir eso, de escuchar una canción propia que estoy tratando de interpretar, de llevar a la gente para que se sienta identificada. Eso es a lo que todo artista quiere llegar y sueña con eso.
Ramiro canta con todo el cuerpo y nunca está solo. Cree que el folclore es eso. Es un agradecido a la gente que lo acompaña desde pequeño y a la que se va sumando en el camino. Cuando habla de su pueblo, lo hace con el cariño de quien atesora sus orígenes. Casalegno es ese lugar tranquilo en donde todos se conocen y también el que lo vio salir en búsqueda de su sueño.
¿Qué pasa con tu carrera cuando llegás a la ciudad de Rosario?
Fue un poco duro porque vengo de Casalegno, un pueblito de cien habitantes, con un costumbrismo o cultura propia y llegar a la ciudad de la nada fue muy difícil. En Rosario, conocí gente hermosa que me llevó a lugares que hoy son mi casa. La ciudad me está brindado conocimientos y personas maravillosas y trato de adaptarme a su ritmo y velocidad.
Contame del Dúo Cabral-Benitez…
El dúo empieza en 2016, cuando a los trece me mudo a Bernardo de Irigoyen para hacer el secundario, porque en Casalegno no hay escuela secundaria. Valentín iba a tercero y yo a primero. Al principio, nos juntábamos a jugar al fútbol con otros chicos, pero al final siempre había guitarreada. Cantábamos folclore joven, moderno, pop. Así surgió, ensayando en casa, y hoy llevamos ocho años, con nuestras familias que son nuestros pilares y acompañan siempre. El Dúo es un antes y un después en mi carrera.
¿Cómo ves la escena musical actual en Argentina? ¿Qué pensás que pasa entre el folclore y la juventud?
Veo la escena con muchas ganas de crecer. Creo que todos tratamos de hacer algo nuevo para que podamos avanzar, veo unida a la cultura. Hoy en día hay mucha movida folclórica juvenil. La relación del folclore y la juventud es primordial, porque es el folclore de mañana. Eso se ve cada vez más, en distintos lugares y ámbitos. Todo artista que se ponga la camiseta del folclore, de nuestras raíces, de nuestra cultura es primordial. En Rosario hay una escena increíble, compartida, con una energía hermosa que transmite un sentimiento simple y puro. Hay muchos chicos y chicas que buscan contar y transmitir algo, eso es muy importante.
¿Cuáles son los proyectos a futuro?
Queremos seguir grabando, aprendiendo y disfrutando el camino. Estamos en esa: conocer, disfrutar, compartir momentos, opiniones y tratar de tirar todos para el mismo lado. El folclore se trata de eso, somos todos uno.